25 septiembre 2010

LA RODILLA

La rodilla supone para el futbolista una de sus mayores preocupaciones cuando tiene una lesión en esta articulación.
La articulación de la rodilla es muy compleja y en ella recae la responsabilidad de ejecutar correctamente un gran número de movimientos durante la práctica del fútbol y en la vida cotidiana en general. En la realización de giros, en los saltos y las recepciones, la articulación soporta todo el peso del cuerpo por lo que la lesión de rodilla es la más habitual dentro de la traumatología. También se producen en ella los movimientos de rotación interna y externa de la pierna.

La rotura más frecuente es la del ligamento cruzado anterior, producida por cambios bruscos de dirección (patada en la parte posterior de la pierna), caídas en desequilibrio o sobreesfuerzos que acaban pasando factura en la vida del deportista. El ligamento cruzado posterior se lesiona cuando es presionada la pierna hacia atrás o cuando la rodilla sufre una sobreextensión importante. La inflamación, hematomas, o la sensación de bloqueo pueden ser algunos de los síntomas de una rodilla lesionada.
La función de los dos ligamentos laterales consiste en impedir la flexión de la rodilla hacia los lados.
También es muy frecuente la lesión de los meniscos cuando una rodilla flexionada, que está soportando carga, sufre una torsió.

Para proteger la rodilla debemos evitar el sobrepeso, pasar mucho tiempo arrodillados, durante la práctica deportiva evitar en la medida de lo posible los golpes, las caídas y correr sobre superficies blandas. Si además conseguimos una buena musculatura en el cuádriceps estaremos contribuyendo a la protección de esta articulación.

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