07 abril 2006

TEST DE RUFFIER

No se debe comenzar un plan de preparación física intensa sin un test previo o un periodo de adaptación progresivo.
Una prueba fiable y muy simple es el test de Ruffier, tambien conocida como prueba de Ruffier-Dickson.
Puede ser realizado por cualquier persona y ni siquiera es necesario utilizar ropa deportiva ni llevarlo acabo en instalaciones especiales, basta con estar de pie y tener cerca una mesa para poder apoyarse en ella ligeramente con una mano.
Pasos a seguir:
La persona se sitúa de pie para medir su frecuencia cardiaca previa (PO) a la realización del esfuerzo.
El individuo comienza de pie y debe llevar a cabo un total de 30 flexiones de sus piernas (quedándose de cuclillas y volviendo a subir) en 45 segundos. Inmediatamente después de la última flexión se vuelve a medir la frecuencia cardiaca (P1).
Transcurrido 1 minuto desde el final del ejercicio se realiza la tercera medición (P2) del ritmo cardiaco.
(Todas las mediciones del ritmo cardiaco deben realizarse contando los latidos durante quince segundos y multiplicando el resultado por cuatro, para obtener la frecuencia cardiaca por minuto)
Para evaluar el resultado obtenido el profesor Ruffier propuso la siguiente formula:
I = ( PO + P1 + P2 ) - 200 / 10
( I= Índice de Ruffier )
Resultados:
De 0 a 4 = Forma física óptima.
De 4 a 8 = Forma física aceptable.
De 8 a 12 = Apto para comenzar un plan progresivo de acondicionamiento físico.
De 12 a 16 = Realizar revisión médica previa a un programa suave de ejercicio en gimnasio.
Más de 16 = No apto para esfuerzos intensos.