04 febrero 2007

EL "ABC" DE LAS LESIONES MÁS HABITUALES

CONOCERLAS Y SABER CÓMO Y POR QUÉ SE PRODUCEN ES IMPORTANTE PARA SU PREVENCIÓN

Hematomas, distensiones, desgarros, calambres, hipertonías, agujetas y tendinitis son lesiones de las que todos hemos oído hablar, puesto que, de un modo u otro, las hemos sufrido en algún momento. Tal es así, que están permanentemente ligadas a nuestra actividad cotidiana y a la práctica deportiva amateur y profesional.
Conocerlas, diferenciarlas y saber cómo y por qué se producen es importante a la hora de prevenirlas o tratarlas. El tratamiento precoz y la visita a un especialista evitan males mayores. Para evitarlas, no hay nada mejor que planificar bien los entrenamientos y prepararse para afrontar situaciones de esfuerzo habituales en nuestro día a día. De hecho, es en ausencia de estas dos prácticas o cuando se trata de personas que arrastran lesiones mal curadas, realizan esfuerzos musculares sin previo aviso, o han entrado ya en la vejez, cuando se producen las lesiones.

LESIONES TENDINOSAS
En lo relativo a este tipo de lesiones hay que tener en cuenta que los tendones son, en definitiva, los órganos encargados de trasmitir la fuerza a los distintos huesos que gozan de movilidad. Poseen una elevada capacidad de tracción y resistencia, pero siempre y cuando estén sometidos a un esfuerzo dinámico creciente. Por eso, no es de extrañar que sea más fácil que un tendón se desgarre cuando trabaja a velocidades lentas. De todos modos, cuando están sanos no hay ningún peligro de que se rompan porque alguien realice un simple esfuerzo muscular. En cambio, sí pueden quebrarse ante una extensión inesperada y repentina, como por ejemplo le ocurre al tendón de Aquiles cuando se ve expuesto a un salto sin amortiguación. En nuestra mano está fortalecer os tendones y los ligamentos mediante entrenamiento. Ejemplos de estas lesiones las tenemos en los esguinces de dedo de los esquiadores o los esguinces de tobillo frecuentes en futbolistas.

DESGARROS Y CALAMBRES
Existen varios tipos de desgarros musculares en función de la intensidad con la que se produce el estiramiento que lo provoca. Quien lo padece sufre un dolor muy parecido al que produce un latigazo. La lesión se abomba por encima y por debajo y pasadas varias horas aparece una coloración azul por debajo de la zona lesionada. Los calambres musculares, en cambio, no son exactamente lesiones, sino una enfermedad muscular. Son molestos y muy dolorosos y aparecen cuando se realizan esfuerzos intensos sin haber entrenado lo suficiente, y en aquellos casos en los que la persona sufre acumulación de líquidos o agotamiento. Los trastornos circulatorios y la ropa apretada en zonas donde hubo una lesión pueden favorecerlos.
HIPERTONÍAS Y AGUJETAS
Las hipertonías son un aumento del tono muscular, fácilmente diferenciables no sólo por el dolor que les acompaña, sino porque los músculos se endurecen. Su causa está en un acúmulo de ácido láctico y suelen aparecer en hombros, nuca, espalda y muslos y, en especial, en corredores, ciclistas y remeros. La gimnasia, la fisioterapia, el calor, los masajes y los ejercicios de relajación y de potenciación de la musculatura ayudan a paliar estas lesiones. Por su parte, las siempre molestas agujetas por el dolor y la rigidez que provocan, aparecen después de un periodo que va desde las 24 a las 48 horas después de haber realizado una actividad física o esfuerzo muscular intenso. En realidad se producen como resultado del desequilibrio entre la falta de práctica y el cansancio. Tratamientos con fisioterapia, baños calientes, masajes ligeros y movimientos musculares suaves, permiten que los músculos estén menos rígidos porque aumentan la irrigación y la absorción del edema local.

HEMATOMAS Y DISTENSIONES
Por último sólo queda conocer a qué nos referimos cuando hablamos de un hematoma y de una distensión. El primero es una acumulación localizada de sangre, generalmente coagulada, en un órgano, espacio o tejido, al romperse la pared de un vaso sanguíneo. La distensión es consecuencia de un estiramiento o un esfuerzo excesivo de alguna parte de la musculatura. Esta dolorosa lesión también se conoce como 'tirón muscular' y suele venir acompañada de hematomas e hinchazón.

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
El tratamiento de todo este tipo de dolencias, siempre precoz y de la mano de profesionales, tiene en la fisioterapia un perfecto aliado. En la actualidad, los especialistas emplean protocolos de tratamiento propios que deben ser adaptados a cada paciente. Por último, es importante recordar que para prevenir recaídas o nuevas lesiones es necesaria una buena hidratación y llevar una alimentación equilibrada.

RECOMENDACIONES ÚTILES

1. La utilización de cremas, pomadas y aceites que aumentan el calor de los tejidos no es solución al problema.
2. En lesiones recientes debe descartarse por completo la aplicación de calor como medida terapéutica. Al contrario, generalmente debe recurrirse al hielo dentro de las 72 primeras horas.
3. En desgarros musculares es necesario aplicar hielo durante dos o tres horas y más tarde fijarlo mediante vendaje compresivo. En distensiones musculares, en cambio, se han de realizar masajes con hielo y calor una vez pasadas 48 horas.
4. Debe evitarse realizar cualquier actividad física antes de que la lesión esté completamente recuperada, reanudando el entrenamiento de forma progresiva, con los debidos cuidados y protecciones.
5. Como medida de prevención, el entrenamiento ha de adecuarse a la actividad habitual o deportiva de cada persona. De este modo, se mejora la fuerza, la velocidad, la resistencia y la coordinación. En el entrenamiento se han de contemplar además ejercicios de precalentamiento.
6. Es importante realizar una buena hidratación durante y después de los entrenamientos.
7. Deben corregirse las malas posturas en las piernas y los errores técnicos en la realización de una actividad. Es muy importante además realizar estiramientos suaves antes y después del ejercicio.
8. Se ha de elegir correctamente el calzado que se vaya a utilizar durante la actividad física.